Vinilos: J Dilla me lleva a Sly and the Family Stand con «Fresh»

Estoy escuchando un disco de Hip-Hop y me salto a uno de funk. O viceversa. Así paso el día. Algunos lo llaman excursiones por versiones (version excursion). Y tenía en el plato «Stupid Lies» de J-88 y el bucle de batería sobre el que J Dilla bombea me llevó inmediatamente a Sly and the Family Stone

Sly and the Family Stone

Sly and the Family Stone no son precisamente una rareza. Son uno de los básicos para cualquier amante del funk y los sonidos sicodélicos de los 60-70. Cuando se formaron en 1967 ya tenían bagaje en el góspel y el doo-wop. La banda reunió a varios miembros de la familia Stewart. Sly (voz y teclados), sus hermanos Freddie (guitarra) y Rose (voz y teclados), Larry Graham (bajo), Cynthia Robinson (trompeta), Gregg Errico (batería), Jerry Martini (saxo) y como coristas contaban con Little Sister, compuesto por Vaetta Stewart (también hermana de Sly), Mary McCreary y Elva Mouton. Con el tiempo la formación iría variando. Buena parte de esos cambios serían forzados por la relación de cada uno con Sly, sus diferentes adicciones y derivado de ellas, un manejo errático de su carrera y sus relaciones personales.

No quiero entrar en profundidad a toda la historia de la banda aquí. Pero sí es relevante destacar que juntos, constituyeron la primera banda estadounidense de primer orden que integraba a hombres y mujeres y a blancos y negros. Y todos tenían espacio para brillar en sus distintos papeles.

Sly and the Family Stone

Sly and the Family Stone

Los tres primeros discos

Para los que no conocen todos sus discos, señalar que los tres primeros son una gran adquisición para cualquier amante del soul y el rhythm and blues que aprecie ciertos toques de rock o incluso pop. Los tres van por lo general muy arriba en el tempo. Vamos, pura zapatilla. Recomiendo especialmente el primero, el espíritu de la banda sin adulterar por las exigencias de la discográfica. Escuchad «Underdog», un trallazo de soul impecable. O «Trip To Your Heart» con armonías de cierta reminiscencia a The Beatles y esa introducción que años después haría famosa LL Cool J en «Mama Said Knock You Out».

Sly & The Family Stone ‎«A Whole New Thing» (1967)

Sly & The Family Stone ‎«A Whole New Thing» (1967)

Sly & The Family Stone «Life» (1968)

Sly & The Family Stone «Life» (1968)

Sly & The Family Stone «Dance To The Music» (1968)

Sly & The Family Stone «Dance To The Music» (1968)

El primer recopilatorio

El recopilatorio de 1970 es otra adquisición estratégica. Tras la publicación de Stand!, del que hablaré enseguida, en Epic estaban nerviosos deseando nuevo material y reunieron algunos bangers de los tres discos precedentes como «Sing A Simple Song», «Dance To The Music» o «Everyday People». Pero también singles que no aparecen en discos anteriores y que fueron tremendos éxitos en 1969, «Hot Fun In The Summertime», «Thank You (Falettinme Be Mice Elf Agin)» y «Everybody Is A Star». Curiosamente, no incluyeron nada del primer álbum.

Sly & The Family Stone «Greatest Hits» (1970)

Sly & The Family Stone «Greatest Hits» (1970)

Los tres discos de mutación

Las formas musicales de los tres primeros discos, maduran y se asientan en Stand! (1969). En este disco aparece el que fue su primer número uno en listas, «Everyday People». También «Sing A Simple Song», que además de ser un temazo, tiene esos breaks que a los amantes del Hip-Hop nos vuelve locos. Siguen compartiendo algunos elementos con coetáneos más roqueros pero con una personalidad única, empapada de negritud. Me encantaría tener una palabra mejor para definirlo pero son elementos que inmediatamente me llevan a pensar en Funkadelic o Bo Diddley más que en Led Zeppelin o Creedence Clearwater Revival. La acidez de «Don’t Call Me Nigger, Whitey» puede ser buen ejemplo. También el blues de «Sex Machine». Puro trance.

Este fue el disco que les abrió las puertas a tocar en Woodstock. El éxito ya es imparable. También lo son las drogas, que empiezan a causar estragos en el grupo. Especialmente a Sly. Los dos siguientes años son un no parar de anécdotas horribles que puedes encontrar en cualquier biografía del grupo. Entre Stand! y el icónico There’s A Riot Goin’ On (1971), los problemas se multiplican. La droga y cómo su manejo dominaba las relaciones personales; La aparición de mafiosos y matones; El distanciamiento de aquellos que no querían verse involucrados en estos ambientes; Cancelaciones de conciertos por incomparecencia de Sly y/o su hermano Freddie; La pérdida del mánager que les lanzó a la fama; Las discusiones con Larry Graham que acabaron haciéndole huir por una ventana junto a su mujer (tras lo que montaría la Graham Central Station).

Otro efecto colateral es que Sly se encierra en el estudio. Su forma de trabajar cambia. Le construyen un estudio en casa y el proceso se vuelve más íntimo. Cuando necesita un elemento y no tiene al músico correspondiente cerca, lo toca él mismo con sus diferentes posibilidades. Toca el bajo, la guitarra, el teclado y canta, claro. Además aparecen frecuentemente las cajas de ritmo. Ya había jugado con ellas antes pero ahora vienen a quedarse. Y el overdub (grabar pistas de audio adicionales) se multiplica.

En There’s A Riot Goin’ On ya se aprecia este proceso. El álbum fue número 1 nada más salir. También lo fue el primer sencillo, «Family Affair». Fue el primer tema con una caja de ritmos en llegar a la primera posición en las listas. El tema habla de las relaciones familiares. Y curiosamente, la familia Stone está bastante ausente de la grabación de este corte. Únicamente acompañan a Sly, sus hermanos Freddie en la guitarra y Rose en los coros además de Billy Preston en el Fender Rhodes.

A pesar de la oscuridad por la que transitaba la banda y lo agitado de los primeros años 70, la nueva música de Sly and the Family Stone se mantiene con un tono bastante positivo y luminoso. Y la forma de trabajo de Sly, le acerca tanto al micro en lo físico y en lo emocional que es estremecedor escucharle en «Poet» o en «Just Like A Baby».

La mutación de la banda se completa finalmente en el siguiente álbum, Fresh.

Sly & The Family Stone «Stand!» (1969)

Sly & The Family Stone «Stand!» (1969)

Sly & The Family Stone «There's A Riot Goin' On» (1971)

Sly & The Family Stone «There’s A Riot Goin’ On» (1971)

Sly & The Family Stone «Fresh» (1973)

Sly & The Family Stone «Fresh» (1973)

Fresh (1973)

Cuando se publicó en 1973, Fresh no tuvo de ninguna manera la misma recepción que discos anteriores. Pero sin duda, el paso del tiempo ha ido convirtiendo el disco en uno de los más importantes de la discografía de Sly and the Family Stone.

«In Time», «Let Me Have It All», «Thankful n’ Thoughtful» o la superpopular «If You Want Me To Stay», son espectaculares. Personalmente, no le quitaría ni un segundo al minutaje de Fresh. Me gusta todo. Es puro funk. Está lleno de alma, de arreglos jazzies, y capas y capas de polirritmia hipnótica. Me resulta también un disco absolutamente moderno. Curiosamente, no es un disco que haya llegado al Hip Hop a través del sampler (los discos anteriores son más jugosos en ese plano), pero su factura tiene más que ver con los bedroom producers de hoy en día que con cualquier cosa firmada por James Brown en esos años.

El legado de There’s A Riot Goin’ On y Fresh

Lo que cristalizó en Fresh, también está presente en el trabajo de otros artistas que estaban observando atentamente el progreso de la música de Sly Stone. Y es un legado que trasciende décadas.

En los 70, uno de los más avispados olfateadores de tendencias fue Miles Davis. Declarado admirador del Sly Stone, le señala como responsable de su periodo eléctrico. Más explícito es Herbie Hancock, uno de los pianistas habituales de Miles Davis. En 1973 lanzó Head Hunters y uno de los cortes se titula directamente «Sly». Stevie Wonder tampoco puede negar el influjo. Escucha por ejemplo «Living For The City».

En los 80, Prince es el que mantiene la antorcha. Si tuviera que elegir un tema entre los muchos en los que veo la sombra de Sly, «Sign ‘O’ The Times» destacaría. La forma en la que Prince crea a partir de una caja de ritmos y un groove de bajo, es inconfundible. Puedes escuchar una versión de «If You Want Me To Stay» en uno de los primeros álbumes de Red Hot Chilli Peppers.

En los 90, el nu-soul es casi una rendición al sonido de Fresh. Y seguramente el mejor exponente son D’Angelo y su Brown Sugar. También Erykah Badu y su Baduizm. De hecho, a Badu la puedes seguir hasta encontrarte en 2015 con su mixtape But You Caint Use My Phone y sacar tus propias conclusiones.

Finalmente, en los 2000’s, y por cerrar el círculo, entre los muchos rasgos de las producciones de J Dilla, sin duda estás todos los elementos que convierten a Fresh en un disco de leyenda.

DJ UVE